Dougga

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, Dougga es la antigua ciudad romana mejor conservada del norte de África. Sus antiguas construcciones se mantienen en muy buen estado, por lo que ofrecen la posibilidad de sumergirse de lleno en el pasado romano de Túnez.

Dougga vivió sus años más prósperos desde el reinado de Diocleciano hasta el de Teodosio I, cayendo después en un periodo de abandono gracias al cual actualmente se conserva en tan buen estado.

Recorriendo Dougga

Paseando por el centro de Dougga, nos encontramos con los suelos originales de la ciudad sobre los que aún se conservan las huellas de los carros de transporte de los antiguos romanos.

Mirando con detenimiento la calzada, aún se pueden ver las antiguas alcantarillas con sus tapas de piedra bajo las que se encuentra el complejo sistema que abastecía de agua a la ciudad.

El teatro era uno de los elementos más importantes de las antiguas ciudades romanas, y el de Dougga, construido en el año 168d.C. no podía ser menos. Sus instalaciones tenían capacidad para 3500 espectadores, a pesar de que la ciudad solo contaba con 5000 habitantes.

Mientras recorremos la ciudad, una imponente construcción hace dueña de todas las miradas convirtiéndose en el objetivo de los focos de las cámaras. Se trata del imponente Capitolio construido en el siglo II, dedicado a los dioses Júpiter, Juno y Minerva.

Parte de la historia de Túnez

En Dougga se conservan los restos romanos más completos de Túnez y los amantes de la arqueología lo consideran un auténtico tesoro, por lo que, a pesar de encontrarse algo apartada de las rutas turísticas, cada día recibe infinidad de visitantes.

Si la arqueología no es vuestro fuerte, en Túnez encontraréis otras opciones sorprendentemente bellas como las ruinas de Sbeitla, que se pueden visitar cómodamente durante un recorrido hacia el desierto sin necesidad de dedicar tanto tiempo al desplazamiento como en el caso de Dougga.

Uno de los puntos a tener en cuenta si vais a hacer la visita a Dougga durante los meses de verano, es que apenas cuenta con espacios sombreados, por lo que lo mejor es hacer la visita a primera hora de la mañana para evitar los momentos más calurosos.